29 junio 2009

Leer Despierta!


La Sociedad Argentina de Escritores (con el auspicio de la Fundación El Libro, la Cámara Argentina del Libro, la Cámara Argentina de Publicaciones, la Biblioteca Nacional y los Ministerios de Cultura y Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) estará llevando adelante entre el 1º y el 3 de julio, la campaña de fomento del la lectura "Leer Despierta!"
La inauguración es el miércoles 1º de julio a las 19.30 en la librería Hernández de Corrientes 1436.
Durante el jueves 2, bibliotecas y centros culturales de las 15 comunas de la Ciudad serán sede de los espectaculos de lectura.
El viernes 3 se cerrará el ciclo en la sede de la SEA, en Bartolomé Mitre 2815, 2º piso.
De acá se pueden descargar todo el programa de activides y haciendo click acá descargan el programa para escuelas.
Más info en el sitio web de la SEA

23 junio 2009

Gente del Libro


Se vienen –si es que ya no estamos en ellos– los tiempos de la web 2.0
Y mientras la mayoría trata de ver y analizar los cómo y los para qué, los editores y el mundo del libro se adentra en este mundo.
En ese sentido se creó Gente del Libro, una red social que agrupa a editores, libreros, bibliotecarios, estudiantes, traductores, correctores, diseñadores y toda aquella persona que tenga injerencia sobre ese objeto cuyo futuro se está discutiendo en estos momentos.

A través de Gente del Libro se pueden compartir experiencias, conocimientos, videos, imágenes o documentos con el resto de los miembros.
También los integrantes pueden agruparse según sus intereses o sus ámbitos específicos de acción o consultar la siempre útil bolsa de trabajo.

Hecha la presentación están todos invitados a unirse a Gente del Libro.

18 junio 2009

Informe “La extraducción en la Argentina”

Opción Libros presenta el informe “La extraducción en la Argentina”, sobre venta de derechos de autor para publicación de las obras en otras lenguas.

El informe, que constituye el primero de este tipo en nuestro país, es una publicación especialmente encargada por la Dirección General de Industrias Creativas y de Comercio Exterior a la Fundación TyPA – Teoría y Prácticas de las Artes. El resultado es un valioso material de relevamiento y consulta, que brinda un diagnóstico de la situación de la venta de derechos de obras (ficción y no ficción) de autores argentinos para su publicación en otras lenguas (período 2002-2009) y evalúa las oportunidades que se abren en este terreno para la industria editorial local.

Descargar el informe en formato PDF.



Convocatoria - Libros Vivos

Opción Libros convoca a pequeñas y medianas editoriales de la Ciudad a inscribirse para participar con material de sus catálogos en el ciclo Libros Vivos con el que se busca difundir la producción de las editoriales independientes de manera directa entre el público lector.

El ciclo se desarrollará entre julio y octubre en numerosas librerías de la ciudad a través de espectáculos de narración oral a cargo de narradores profesionales y también de juegos para el caso de libros objeto. Cada editorial podrá presentar hasta un máximo de dos títulos. La participación de las editoriales en el Libros Vivos es gratuita.

Libros Vivos es otra iniciativa de Opción Libros tendiente a dinamizar los circuitos de comercialización de las editoriales independientes de la Ciudad y a fomentar el espacio de las librerías como auténtico lugar de pertenencia y generación de nuevos lectores.

Inscripción
Libros infantiles: del lunes 15 de junio al viernes 10 de julio.
Literatura general: del lunes 13 de julio al viernes 31 de julio.

Los interesados deberán inscribirse personalmente o por medio de otra persona debidamente autorizada en forma escrita en la Mesa de Entradas de la Dirección de Industrias Creativas y Comercio Exterior (Villarino 2498), de lunes a viernes de 10 a 15 hs.

Descargar Disposición 19-DGINC-2009.
Descargar Anexo I (requisitos).
Descargar Anexo II (ficha de inscripción).
Descargar Anexo III (nota de autorización).
Ir a la página de Opción Libros

16 junio 2009

Bienvenida la crisis

[A continuación una nota que salió en varios medios (1, 2 y 3) y que, en estos tiempos que corren, resulta más que interesante.]


Bienvenida la crisis
por Guillermo Schavelzon *

“Casi nadie parece empeñado en ir al fondo de las cosas”
Carlos Gabetta, Le Monde Diplomatique, marzo 2009”

Ahora que todo el mundo –y no solo el libro- está en crisis, corremos el peligro de que esta situación enmascare las cuestiones más urgentes que el sector editorial tiene que enfrentar.
Desde que explotó la crisis financiera, la preocupación de editores y libreros se centró en el temor a la caída de la venta. Aunque en la mayoría de los países no ha bajado, la venta de libros tarde o temprano caerá, pero no solo por la actual retracción del gasto, sino por la poca atención prestada a los cambios en las pautas de consumo de los lectores, y a la erosión que las “teorías de mercado” han provocado en estos años.

Pantalla vs. Papel
El desplazamiento de la lectura en papel hacia la pantalla es una tendencia evidente. “Hoy el 45% del público de MySpace tiene más de 35 años… Esta es la generación de Internet, gente que estaba en sus 20 años cuando Internet se convirtió en algo habitual en sus vidas. Tenemos 129 millones de usuarios en el mundo. Somos parte de la vida diaria de la gente” (Chris DeWolfe, fundador de MySpace, El País, 12 Febrero 2009).
Esta generación ya se ha hecho mayor, y son los profesionales de hoy. No compran libros, y dedican dos horas cada día a FaceBook o MySpace. En las encuestas sobre lectura responden que “no leen por falta de tiempo”, cuando en realidad la formulación de las preguntas no les ayuda a responder que se trata de una opción.
Luego de decidir el cierre de la revista cultural española Archipiélago, sus editores explicaron que “no lograron acercarse al público joven, especialmente al universitario. Probablemente se conjugaron una serie de problemas que estarían afectando a la totalidad de quienes trabajan con el papel impreso, desde el libro hasta la prensa, y que son producto de irresoluciones de un sector que no ha encontrado todavía la vía para realizar con éxito la transición al mundo digital.

Los dispositivos de lectura y el libro electrónico
Los medios trasmiten una confusión: cuando se habla de libro electrónico no se diferencia entre los dispositivos de lectura y el contenido, aquello que se leerá. Si separamos ambas cosas, podremos ver dónde el mundo tradicional de la edición de libros tendrá su lugar, y dónde no. Para una estrategia de gestión de contenidos electrónicos, habrá que saber qué dispositivo se impondrá, y en manos de quien quedará su comercialización.
Las alternativas futuras del libro electrónico son poco claras todavía, y lo que finalmente unifique criterios y se imponga demorará uno años más. Hoy la gran pelea se está dando en el terreno del hardware, los dispositivos llamados e-readers, sean Kindle, Sony-Reader y varios más, cuya venta va en aumento aunque todavía no es significativa. Se trata de pequeños portátiles para leer en pantalla, algo primitivos aunque funcionales. Recordemos los primeros teléfonos celulares, y su evolución posterior; los e-readers, en tres o cuatro años más, estarán cerca de la perfección, y entonces será el momento de los contenidos. Antes, no.
El dispositivo de lectura que se imponga será alguno de los desarrollados por los grandes fabricantes o comercializadores: Microsoft, Apple, Google, Sony, Amazon... El ingreso en esta competencia de los fabricantes de teléfonos celulares recién acaba de comenzar, y sin duda tendrán mucho que decir. “¿Para qué comprar un e-book si tu teléfono ya tiene esa función” (Steve Jobs de Apple, sobre el Kindle de Google). “Los móviles son el futuro. Hoy tenemos más de 18 millones de personas usando MySpace a través de plataformas móviles” (Chris DeWolfe).
En esta lucha de titanes informáticos, las editoriales o agencias literarias tiene poco que hacer. En cambio, en la cuestión de los “contenidos” tendrán la oportunidad de que concentrarse en su actividad específica, en la que tienen larguísima experiencia, y es el área que a los gigantes informáticos no les interesa, no la consideran estratégica, porque es comprable a cualquier proveedor. Saben que cuando llegue el momento, si han logrado imponer el dispositivo, los contenidos los tendrán con poca inversión. Para eso ha servido la reciente experiencia de Google, que se apropió de millones de libros violando todas las leyes internacionales de propiedad intelectual. No ha sido un error de sus abogados, sino un “globo sonda” bien planeado. Actuaron de hecho, y ahora intentan resolver los aspectos legales en sede judicial, ofreciendo una indemnización de 130 millones de dólares, que representa menos de 60 dólares para cada autor pirateado, cifra por la que no podrían haber contratado tantas obras jamás. Para cobrarlos, el autor tiene que otorgarles el permiso de explotación electrónica de su obra, como si no hubiera habido un delito anterior. Google no hizo más que copiar la política exterior norteamericana: invadir primero, legalizar después. Para comprender el poder económico de Google, basta con ver lo que ha logrado en el sector de la publicidad: en 2008 facturó 21.000 millones de dólares en venta de anuncios, superando a las más grandes multinacionales de publicidad de todo el mundo. (El País, 5 de marzo 2009).
Para el futuro del libro electrónico, la tecnología es imprescindible pero no suficiente. No habrá libro electrónico exitoso sin contenidos, sin autores, y sin editores que sepan como se trabaja un texto para lograr su difusión. “La migración hacia formatos digitales dependerá del uso que los lectores comiencen a dar a los contenidos” (Grupo de Estudio de la Industria Editorial de Estados Unidos).

Los contenidos
Publicar libros electrónicos rápidamente no es la solución. Aunque tecnológicamente sea posible, hacerlo ahora de manera doméstica no ofrece ninguna garantía de difusión, y perjudicará a los escritores que cedan sus derechos, ya que en unos años más todos tendrán que vender sus desarrollos a uno de los grandes, el ganador. Vender hoy solo genera un futuro intermediario más.
La lectura, la edición, el libro en el soporte que sea, es y seguirá siendo un producto cultural, y el lector o el usuario de un producto cultural, buscará siempre contenidos, ya sea en papel o en pantalla. Por eso serán los contenidos, y no los dispositivos de lectura, los determinantes del futuro de la edición, tanto la de papel como la electrónica. El lector decidirá una sola vez la compra del dispositivo, pero múltiples veces los contenidos que quiera leer.
El lugar del dispositivo de lectura está en las grandes corporaciones, y el gran negocio del libro electrónico estará en el mundo de los libros de enseñanza. La creación, la edición, y el libro de papel –cuya continuidad y existencia no está realmente en juego—, dará mucho juego a los pequeños y medianos editores, quienes generan una buena parte de los contenidos de más valor cultural.
Así como en el mundo de la informática se requieren enormes inversiones y grandes saberes, sucede lo mismo en el mundo de la edición, solo que a otras velocidades, que hot tienen menos glamour mediático. El proceso de transformación de una idea en un libro, trabajo del autor y del editor, tan individual y personalizado, es la parte del futuro libro electrónico que, justamente por ser poco automatizable, a las grandes empresas informáticas no les interesa. Este saber que los editores adquirieron con décadas de inversión y profesionalización, tiene un valor estratégico irremplazable y es lo que no hay que descuidar.

Un concepto de mercado
Un gran tema a reconsiderar es el concepto de mercado, tal como se lo ha concebido en estos años. Se trata de una diferencia esencial: pensar en términos de “mercado” o en términos de “lectores”. La tendencia de estos últimos años a publicar “lo que el mercado demanda” no se sostiene mucho más, por que “el mercado” no demanda nada. La crisis mundial ha servido para demostrar que el mercado no necesariamente tiene razón. Lo único que los análisis y encuestas pueden determinar, es lo que el mercado demandó, y el mercado, a diferencia de los lectores, no nos garantiza la repetición de un hábito, ni nos asegura que alguien volverá a comprar otro libro similar. En cambio si pensamos en lectores y los tratamos como tales, podremos apostar a una pauta de conducta, a un hábito de lectura y a una lealtad, ya sea al autor, al librero, a la colección o a la editorial.
Hay dos pruebas que apoyan lo que digo: si el secreto para vender libros estuviera en publicar lo que el mercado demanda, no habría tantos fracasos editoriales como hay. Tampoco sucedería que de los 10 libros más vendidos en Estados Unidos y Francia, seis hayan sido best sellers imprevistos, libros contratados con poco dinero y bajas expectativas de ventas (información sobre 2007, en The New York Times y Le Monde). “El best seller ya no es previsible” dijo Paolo Zaninonni, director editorial del grupo Rizzoli.
Los grandes éxitos de venta son imprescindibles para la rentabilidad y la continuidad del negocio del libro, y si estos no son previsibles, las editoriales tendrán que seguir arriesgando y apostar. Esta es la razón de la cantidad de nuevos títulos que se publican cada año en el mundo, tema que tanto da que hablar. Si los best seller fueran previsibles, las grandes editoriales no publicarían mil títulos al año, sino apenas diez.
El éxito de un libro suele producirse por la conjunción de varios factores. Los hombres de que no amaban a las mujeres, la novela de Stieg Larsson, uno de los libros más vendidos en todo el mundo en 2008, “es uno de esos escasos volúmenes que reúnen éxito de ventas, apoyo crítico y reconocimiento de los lectores”. (Esteban Hernández, Por qué Stieg Larsson vende y las revistas culturales no, en la revista Texturas, Madrid, diciembre 2008). Cuando estos elementos se reúnen, el libro es un éxito. En cambio los grandes lanzamientos de marketing, tienen un alto porcentaje de fracasos.
Una prueba más de lo que está cambiando, es el estado de buena salud de las editoriales independientes, o de los sellos que, dentro de los grandes grupos, funcionan como si fueran independientes, publicando lo que el mercado no quiere leer (palabras de Jorge Herralde, editor de Anagrama). Son quienes hacen nuevas propuestas, originales en contenidos e incluso en número de páginas, que los lectores deciden comprar. Estas editoriales “independientes del mercado”, son las que están mejor, y eso da para pensar.

Aprendiendo del negocio del disco
Lo que viene sucediendo en el mundo del disco tiene demasiadas similitudes como para no aprovechar la experiencia. Las disqueras, mareadas del éxito de los últimos 30 años por el aumento brutal del consumo de música entre los jóvenes, prestaron poca atención a las nuevas tecnologías, conformándose con los walkman y discman que usaban sus discos. Pero luego vinieron los CD grabables y la piratería descontrolada, y cuando se popularizó el MP3, el IPOD, y las bajadas de Internet, cayeron en la más grave crisis de su historia. Ese enorme mercado que habían logrado conseguir a lo largo de cien años, los abandonó en menos de uno. Diez años después, los grandes fabricantes de tecnología compiten a muerte por el soporte (los dispositivos). El contenido no ha variado, sigue siendo la música.
En este proceso las disqueras que menos se vieron afectadas fueron las que mantuvieron una línea de especialización, que nunca había sido mayoritaria, y se concentraron en atender a los consumidores que el mercado masivo despreció. Trabajaron más para los melómanos que para el mercado. El mercado se hundió, y los melómanos siguieron comprando.
Un buen ejemplo es la compañía francesa Harmonia Mundi, que lleva cincuenta años apostando por la música clásica, publicando selectos intérpretes que la gran industria del disco desechó por no ser de venta masiva. Este sello no salda nunca un disco, vive más del fondo publicado que de las novedades, y goza de excelente salud financiera. El primer disco publicado hace 50 años sigue en catálogo, y lleva vendido 200.000 copias. “Cuando vimos que en Francia los comercios de venta de discos se transformaban con la corriente del mercado, comenzamos a abrir nuestra propias casa de música para atraer a los clientes que esas disqueras iban descartando. Hoy nuestra cadena de música clásica selecta es un excelente negocio, y vende el 26% de nuestra producción. Otra parte importante de nuestra venta se canaliza a través de las buenas librerías más literarias, que se dieron cuenta que los melómanos son también ávidos lectores”. (Bernard Coutaz, fundador de Harmoia Mundi).
Algo similar dicen algunas tiendas de venta de discos en España a las que, en contra de la corriente del sector, les va muy bien. “Aguantamos la crisis gracias al vinilo, cuya calidad de reproducción nunca fue igualada por el CD, y a una clientela de nivel, formada a lo largo de los años. El público que mantiene nuestro negocio es el que años atrás fue ahuyentado por las grandes tiendas” (El País, Madrid, 1 febrero 2009).
En síntesis: las cadenas cuya estrategia fue concentrarse en “lo que el mercado quería escuchar”, redujeron sus referencias a los 10 mil discos más vendidos, y al final les fue mal. A las tiendas independientes, con menos espacio y pocos recursos financieros, que en contra de esa tendencia mantuvieron 100 mil referencias en stock, les va bien.

Los libreros “de antes”
La política de especial atención a los libreros independientes de algunas editoriales, señala el papel fundamental de los libreros en la construcción de un éxito editorial. Una vez que la prensa señaló que allí había un gran libro, “fue definitivo el decidido apoyo de los libreros” (Hernández), necesitados de libros para recomendar a sus clientes con tranquilidad. Así venimos a reencontrar otro valor que había sido descartado por el mercado: los libreros tradicionales son determinantes para los éxitos de venta.
Miremos a las cadenas de librerías que –como cualquier supermercado- exhiben los libros en función del margen que les da el proveedor, las que reemplazaron al librero “prescriptor” por despachantes que solo saben lo que está en el ordenador, y podremos imaginar su futuro. Esto hará bajar la venta en las librerías que, al organizar su oferta descartaron al lector habitual, para conseguir clientes que, en tiempos de crisis, ni siquiera se sabe si volverán.
Las librerías como canal comercial, quizás sean las que más sufrirán las futuras transformaciones. Tendrán que cambiar: especializarse, convertirse en centros culturales, mejorar su oferta, reaprender a recomendar, en síntesis encontrar cómo atraer al lector, para que no opte por comprar siempre desde su casa.

El problema de la prensa
La crisis de la prensa es muy grave para el futuro del libro. El abandono paulatino de la lectura de prensa en papel, es un problema actual para los diarios y revistas, que ven caer los tirajes y con ello la publicidad, su principal fuente de ingresos. Sin publicidad no pueden existir diarios de papel.
En los últimos años los más prestigiosos diarios entraron en pérdidas y no logran recuperarse. Todos necesitaron inyecciones de dinero que, hasta la crisis, venían de la bolsa o de inversionistas que buscaban más glamour o influencia que rentabilidad. The New York Times acaba de anunciar a sus accionistas (20.2.2009) que han perdido el 82% de su inversión del 2008, hipotecó su emblemática sede de Manhattan, ha tenido que aceptar por primera vez en su historia publicidad en la portada, y una inversión de 250 millones de dólares del empresario mexicano Carlos Slim, que se convierte así en el segundo accionista del diario, muy cerca ya de la familia tradicionalmente propietaria. El banquero francés Edouard de Rothschild lo hizo en Le Monde y en Liberation, los tradicionales diarios “progresistas” de Francia. El magnate australiano Rupert Murdoch adquirió The Wall Street Journal pagando una fortuna, y pese a ello, todos estos diarios siguen perdiendo dinero. “No le quedan más de cinco años a los diarios de papel”, dijo Juan Luis Cebrián, fundador de El País y principal ejecutivo del grupo de comunicación mas importante de España. “No podemos seguir con el sistema actual”, replicó Murdoch recientemente en Davos.
La crisis de la prensa de papel afecta directamente al libro, por que ha sido durante décadas su principal vehículo de divulgación.
Los hombres que no amaban a las mujeres “debe su éxito a su inserción en viejos circuitos… las grandes ventas de la novela fueron consecuencia del apoyo proporcionado por la prensa escrita, cuyos artículos…. activaron un entorno últimamente menospreciado, aquel que reúne reseñas favorables, librerías de calidad y lectores habituales”. (Hernández).
Si los diarios desaparecen o se transforman ¿cómo haremos para que los lectores se enteren de los nuevos libros que vale la pena leer? Los lectores habituales buscan referencias en las páginas de cultura, en los suplementos literarios, no en los de “tendencias” ni en la televisión.
El futuro de la difusión de libros está amenazado por la crisis de la prensa escrita, que está reduciendo páginas de cultura y suplementos literarios. Parece inevitable que esta tendencia siga avanzando en todo el mundo. El 15 de febrero dejó de publicarse el suplemento literario del Washington Post (segundo diario de los Estados Unidos en influencia). ¿Qué sería de la venta de libros en ese país si faltara el suplemento dominical de The New York Times? Desde hace años es el que impone los éxitos y determina la exhibición en más de 20.000 librerías.
¿De qué forma los editores promoverán lo que publiquen? ¿Cuáles serán los medios para que un autor llegue al lector? ¿Dónde buscarán recomendaciones los lectores? Hace unos años se decía “la oferta crea demanda”, pero no es así. Como dijo el ex presidente George W. Busch en los penosos días finales de su mandato, “la realidad nos ha demostrado que el mercado no siempre tiene razón”. El elevado porcentaje de fracasos editoriales, la velocidad con que desaparecen de las librerías los libros cuya venta no arranca de inmediato, y la urgencia en destruir o saldar los ejemplares que no se vendieron, son la mejor demostración de que la oferta no crea demanda. “El mercado” ya no es lo que se suponía que era y ¡esto sí que es una crisis!.

Agenda: Las cosas por su nombre
Estas notas intentan comenzar a armar una agenda de cuestiones que el sector editorial tiene que enfrentar con urgencia. Sin pretender minimizar el impacto de la llegada del libro electrónico, aunque insisto en que afectará especialmente al mundo de la enseñanza, ya que dentro de unos años será más barato un terminal para cada escolar que un pupitre de madera. Habrá así una sola línea de enseñanza –lo que a los gobiernos les atrae- y unos cuantos maestros desocupados más. La calidad de la educación y el hábito de la lectura, descenderán aún más.
No me parece que debamos dejarnos avasallar por las amenazas de la tecnología, ni por su ritmo y sus urgencias. La velocidad de los nuevos desarrollos no es una necesidad del consumidor, sino la presión del inversor. El delirio financiero que nos ha llevado a la crisis actual nos lleva inexorablemente a una sociedad de “consumidores insolventes” (Carlos Gabetta, Le Monde Diplomatique, marzo 2008), y ese es el problema principal. A las nuevas tecnologías hay que conocerlas y aprovecharlas, son una gran herramienta, pero no ofrecen más que un beneficio instrumental. No olvidemos que al surgir la imprenta los copistas anunciaron que el fin del libro había llegado, y aquí estamos aún, cinco siglos después.
Marzo 2009

* Guillermo Schavelzon es agente literario en Barcelona

Buenos Aires, Capital Mundial del Libro 2011

El título lo dice todo. Buenos Aires fue elegida por la Unesco como la Capital Mundial del Libro en 2011.
La noticia (acá y acá) llegó durante el fin de semana y se suma a la presencia de la Argentina como país invitado de Honor en Frankfurt 2010.
Los años que vienen parecen ser auspicios para el libro argentino.

12 junio 2009

El futuro...

... no sabemos cómo será. Pero esta puede ser una posibilidad.



Está en francés pero se entiende aunque no se sepa el idioma. Si lo quieren ver en Alta Calidad hacen click acá.

08 junio 2009

Espacios...

El mundo de la historieta y la ilustración sigue estando parabienes.
Con Viñetas Sueltas 2009 atrás, el género sigue con novedades.
Casa L`inc sigue presentando muestras (en estos momentos está Sebastian Dufuour con Samurai) y funciona a la vez como una coqueta librería especializada en el.
Por otro lado, los amigos de la editorial Moebius inauguran su Espacio Moebius con la presentación de la revista Chikismiqui #3 y una muestra de las artistas que participan en ella.

De paso les dejamos unos videos de la charla para editores que tuvo lugar en Viñetas Sueltas.







05 junio 2009

Hacer libros...

Antes se hacían así...



Ahora se pueden hacer así...



Y también se los puede hacer así...

Cuarto desayuno editorial


El miércoles 3 de junio la Dirección de Industrias Creativas y Comercio Exterior de la Ciudad realizó el cuarto encuentro del ciclo “Desayunos editoriales”, con los responsables de diversos sellos independientes de la Ciudad de Buenos Aires.

Participaron del cuarto desayuno el director de Industrias Creativas y Comercio Exterior, Enrique Avogadro, la coordinadora General de dicha Dirección, Marisa Bircher, representantes del programa Opción Libros de esa Dirección General y las editoriales Marea, 8vo Loco, Caja Negra; Ediciones Continente, Katz Editores; La Bestia Equilátera, V&R Editoras; Ediciones Cooperativas; representantes del sitio web Sur de Babel club de libros y Lucina Álvarez, asesora de la legisladora Luciana Blasco (Comisión de Cultura de la Legislatura de la Ciudad).


La conversación con los editores se centró, en un primer tramo, en el repaso y cambio de opiniones sobre las acciones encaradas por el programa Opción Libros hasta el momento. Los editores presentes aprovecharon la ocasión para realizar valiosos aportes, con los que la Dirección pretende apuntalar la eficacia de las diversas actividades con las que se busca promover a las editoriales independientes de nuestra Ciudad (Ciclo Libros Vivos; Conferencia Editorial, Ronda de Negocios, Noche de Librerías, etc.). En términos generales, la falta de visibilidad en términos de difusión, frente otras propuestas como la que encarnan Discos Vivos, fue puesta de relieve por los editores. También se demandó, en lo que hace a la participación del Gobierno de la Ciudad en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, acciones que facilitaran el acceso a espacios de difusión y venta para editoriales con pocos recursos para alquilar stands. En este sentido, las experiencias asociativas entre sellos afines fueron consideradas más que oportunas para acceder a espacios.

Luego, la conversación versó sobre algunas problemáticas específicas del sector, entre la que destaca la escasa visibilidad, en el mercado de derechos de autor, que tienen en el mundo los autores argentinos. El desconocimiento de los agentes literarios extranjeros sobre la oferta local y una insuficiente difusión de esta oferta en términos institucionales fueron percibidas como las causas principales de este fenómeno, al que se consideró fundamental revertir si se pretende aprovechar las ventajas comparativas que ofrece el mercado argentino para los compradores de otras regiones.


Del mismo modo, se destacó la importancia de posicionar a las editoriales argentinas como compradoras de derechos. La histórica situación de privilegio con que han contado las editoriales del exterior (sobre todo de España) para adquirir derechos abarcando nuestra región como área de acción ha interferido, en muchos casos, en la difusión de autores extranjeros en nuestro país y en otros de la región. Por tanto, resulta fundamental que los agentes o poseedores de derechos de autores de otras lenguas entiendan los beneficios de asegurarse la inserción regional a través de editoriales locales. Los editores y los representantes del programa Opción Libros se comprometieron, en este sentido, en desarrollar acciones específicas inmediatas que tuviesen como destinatarios a representantes y agentes del exterior.

El ciclo “Desayunos editoriales” tiene por objetivo dar a conocer las acciones de apoyo al sector que se desarrollarán en el año e intercambiar opiniones sobre el estado general de la industria y la comercialización del libro. Las reuniones se realizan en la sede de la Dirección General (Villarino 2498) con una frecuencia mensual, convocando cada vez a distintas editoriales.

02 junio 2009

El Gobierno Porteño participó del Festival Internacional de Historietas en Buenos Aires

El Ministerio de Desarrollo Económico porteño participó del Segundo Festival Internacional de Historietas en Buenos Aires. Enrique Avogadro, Director de Industrias Creativas y Comercio Exterior, integró el panel “Crecimiento e internacionalización de las editoriales de historieta”, que tuvo lugar ayer en el Centro Cultural Recoleta.
Avogadro manifestó el interés del Gobierno de la Ciudad por apoyar este tipo de publicaciones emergentes. Acerca de la internacionalización del sector editorial (fundamentada en el prestigio de los ilustradores argentinos en el mercado internacional) insistió también en la necesidad de que las editoriales de historietas –tradicionalmente pequeñas– se constituyan formalmente como tales y se acerquen a las cámaras del sector, para aprovechar mejor las herramientas disponibles a la hora de exportar sus productos.
Avogadro destacó además que, tanto la exportación como la venta de derechos, son piezas fundamentales en el sostenimiento y desarrollo de esta industria local.
Más tarde, Bárbara Vetturini, investigadora de la Universidad de Bologna (Italia) y miembro de Hamelin Associazione Culturale (organizadora de uno de los festivales más importantes en el género) presentó su investigación sobre los distritos de la historieta que realizará en Buenos Aires durante los próximos meses. El editor Daniel Divinsky, de Ediciones de la Flor, –editor de Quino, Liniers y Fontanarrosa, entre muchos otros – presentó su caso como exportador de derechos de autor a países no tradicionales como Indonesia, China y Brasil.

Esta actividad formó parte de la programación del Segundo Festival Internacional de Historietas en Buenos Aires, que se desarrolla desde el 25 de mayo en la Alianza Francesa y en el MALBA, y del 28 al 31 de mayo en el Centro Cultural Recoleta. Participaron más de 50 editoriales, de las cuales más de 30 son argentinas. También participaron 15 editoriales latinoamericanas, además de ilustradores de Bélgica, Canadá e Italia.