20 agosto 2009

Escuela de Libreros


Las jornadas de actualización profesional para libreros desarrolladas el 6 y 7 de agosto pasados en la Casa de la Cultura han representado para nosotros, en varios aspectos, un motivo de entusiasmo y hasta de orgullo.

El programa Opción Libros lleva adelante, de manera regular, diversas actividades de promoción de la industria del libro en su conjunto (Libros Vivos, Conferencia Editorial, la Noche de Librerías, por citar las más conocidas) en las que, de una u otra manera, buscamos a la vez reposicionar a la librería como un espacio de pertenencia barrial, generador de nuevo lectores y actor clave en la vida económica y cultural de nuestra Ciudad.


No obstante esto, la voluntad de avanzar en el diseño de actividades específicas para la promoción comercial de las librerías se enfrentaba tarde o temprano a los mismos obstáculos, que a modo de determinantes desanimaban muchas veces cualquier iniciativa. Quienquiera que tenga algo más que puro voluntarismo conoce los problemas a los que cotidianamente se enfrenta una librería: costo creciente de los alquileres, una cuota reducida de lectores agravada por una retracción del consumo, escasos márgenes de ganancias, falta de espacio, por citar los más evidentes. Sin embargo, quien no tenga al menos una pequeña dosis de voluntarismo no podrá nunca descubrir los recursos que aún en contextos desfavorables, pueda ofrecer el mercado para la consolidación y hasta el desarrollo del negocio librero.

En este contexto, el más efectivo aprovechamiento de géneros ya tradicionales como así también el abordaje de géneros nuevos para las librerías fue identificado por muchos como un recurso valioso cuando se trata de sumar herramientas para el desarrollo de las librerías. Esta es, al menos, la lectura que se desprende de la entusiasta respuesta de los libreros a la “Escuela de Libreros”, ciclo de actualización profesional que en su primera edición concentró actividades referidas al libro infantil/juvenil y también al asombroso mercado del comic y la historieta.

Altos estándares de calidad y reconocimiento internacional son el denominador común para una producción representada en su gran mayoría por sellos chicos y medianos, que muchas veces encuentran dificultad para ganar espacios en las librerías y hacerse ver por los lectores.


Los libros para chicos representan una cuota creciente del negocio del libro en todo el mundo, ofreciendo a los libreros algunas ventajas específicas, entre otras:

 El libro general manera una sola compra al año: navidad. El libro infantil, en cambio, agrega a esta fecha el día del niño y el de reyes;
 El presupuesto destinado a los niños es el último en sufrir recortes en épocas de crisis;
 Se trata de una apuesta de marketing muy económica y que asegura al librero el negocio a largo plazo, ya que el niño de hoy es el adolescente con presupuesto propio en 5 años, y en 10 es un adulto independiente;
 El cliente del infantil (padres, chicos, adolescentes) es un público fiel, amigo de las costumbres y que valora los vínculos


En el caso de los comics, su venta se canaliza en la actualidad casi exclusivamente a través de comiquerías, y con esto hay una gran proporción de jóvenes que no visitan librerías y que podrían ser incluidos sin mayor dificultad en este canal. Fuera de esto, el comic también tiene sus ventajas comerciales:

 En Europa, Estados Unidos y Japón el comic penetró con éxito en las librerías, representando hoy día una cuota creciente de su mercado.
 Las películas de comics representan hoy día un fenómeno de taquilla y constituyen un inédito canal de promoción para los libros asociados;
 El comic está también instalado en Internet y los videojuegos, facilitando la generación de nuevos lectores para material impreso;
 La combinación de lenguajes que le es propio proyecta su franja de lectores por fuera de aquellos que cuentan con un hábito de lectura consolidado, pudiendo presentarse como un goce más inmediato aunque de rica elaboración.

“Escuela de Libreros” cuenta con el auspicio de la Cámara Argentina de Papeleros, Libreros y Afines (CAPLA) y surge como una necesidad de los propios libreros, demandantes de un espacio que integre de manera sostenida diversas actividades de actualización profesional a lo largo del año. Confiamos entonces en poder sumar nuevas actividades a este ciclo e invitamos a los libreros a participar con ideas y propuestas específicas para el desarrollo del sector.

Nos seguimos viendo,

Sebastián Noejovich
Coordinador del programa Opción Libros


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